domingo, 8 de marzo de 2015

Aria de Catarsis


Philadelphia (1993) de Jonathan Demme, es una película claramente hollywoodense. Estamos en la región del pochoclerismo. No obstante existe también la belleza pochoclera, además de la extensa zona gris donde películas que pueden verse como un entretenimiento superficial, un cine fast food, al mismo tiempo presentan capas más profundas donde fluye el arte que tanto amamos.

En el caso de esta peli, el concepto artístico, la mirada que busca el más allá, está presente en ciertos elementos de la dirección, como el uso incisivo del "primerísimo primer plano"(se ve sólo la cara del personaje) en un leve contrapicado (la cámara mira desde abajo), que resalta ciertos gestos de los personajes con una suerte de sutil expresionismo, o en cambios de la iluminación que van en el mismo sentido, como el que ocurre en la escena que veremos abajo, donde la sala se vuelve roja sin que venga a cuento, como si el director nos dijera en voz alta "¡Miren! ¡Algo está por estallar!". Confieso que no me termina de convencer; siento que se queda a medias entre afirmar un estilo personal –colocarse en el "cine de autor"– y conformar a todo el mundo con el formato pastel de Hollywood.

Pero si la belleza abunda en algún lugar de la película es en las actuaciones, sobre todo en la de Tom Hanks, quien ganó el Oscar, el Globo de Oro y el Oso de Plata (Festival de Berlín) al Mejor Actor, con lo que no queda margen para dudar de que, efectivamente, es extraordinario su trabajo.

Y gran actor y arriesgado director se encuentran en esta escena que vale todo el film: Andy Beckett (Hanks) le hace escuchar a su abogado (Washington) un aria de María Callas, La Mamma Morta, y llegamos al clímax de los dos procesos que viven los personajes. Beckett, enfermo de VIH, muestra su pasión por la vida a través de su pasión por la ópera, como preparándose para la muerte, y en su abogado se empieza a producir el giro, desde su homofobia rabiosa hacia la comprensión, hacia la sabiduría, a través de la compasión que lo desborda en esta escena. Veámosla.



Doblada al español:



(para no perderse la actuación de Hanks, recomiendo continuar con la de abajo)



En lenguaje original (o "actuación sin pérdida"):





Calificación: 7 Ettore Scolas