domingo, 5 de abril de 2015

una de ángeles

In weiter Ferne, so nah! (Tan Lejos, Tan Cerca! - Alemania, 1993) 


No es Hollywood. Ni siquiera cuando Hollywood, en su afán absolutista, intenta ser flashero. Esto es poesía hecha cine. Sale de otro lado. Esto es 100% obra de arte. Al menos yo no veo un rastro de mercancía, de entretenimiento masivo. Acá hay un gran director, Wim Wenders, uno de los grandes maestros de las últimas décadas, famoso por, entre otras películas, El Cielo sobre Berlín, también conocida como Las Alas del Deseo, de la cual ésta es una autosuficiente y tremenda secuela.

Y grandes actores. Otto Sander, Bruno Ganz, Nastassja Kinski, Peter Falk, y el entrañable pero no menos inquietante Willem Dafoe. Un guión, es decir, un argumento, un desarrollo narrativo y diálogos que parecen de una novela de Víctor Hugo. Tomas sobre Berlín como la que está abajo, de una imponencia que nos va ganando, que nos hace ver por la mirilla de la puerta el mundo que viven los ángeles.





La mirada de los ángeles sobre la tierra, sobre el hombre y la mujer, sobre el tiempo. Seres mitológicos, inmortales, que admiran y anhelan a las criaturas que acompañan detrás del hombro, desde la cuna hasta el abrazo final. Habrá uno de ellos que de pronto lo logre. Se convertirá en un hombre y empezará a ver el mundo en colores... quise decir, en dolores. Entenderá de una vez la condición humana, la soledad, el vacío, la carrera hacia la muerte, desde el otro lado.

La pregunta que nos surge al ver sus repentinas desventuras es, claro, si vale la pena. ¡Salvate, amigo, escapá del reloj mientras puedas! Eso gritamos nosotros, con nuestro reloj sobre los hombros.

Calificación: basta de ponerle números a las cosas. La película te llena el alma. Y a quien necesite chapa le diremos que ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes 1993. Dominguera si las hay.